El Martes Santo 2013 nos dejó muy poquitas cosas. En la capital del Guadalquivir apenas dos pasos salieron al nublado cielo, y no fue en Estación de Penitencia, sino para recogerse en su capilla. Lo hicieron desde el rectorado de la Universidad.
Previendo lo que luego pasó, que no se oyó ningún martillo más en Sevilla, un nutrido grupo de cofrades, incondicionales del general, nos desplazamos a la cercana ciudad de Jerez de la Frontera (donde se comen las papas enteras), para ver un poco, de un gran misterio, antes de que allí también llegaran las nubes, abonadas a todo lo que huela a procesión.