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jueves, 13 de diciembre de 2007

Aquella mirada perdida...

Se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó.
Luego echó agua en un barreño y comenzó a lavar los pies de sus discipulos
y a enjugarselos con la toalla que se había ceñido.
Juan 13, 4-5

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