Si señores, se ve la luz. Ya faltan menos de cien días para que suenen los martillos y las bambalinas por las calles de nuestra España. Es larga la espera, y mayor será la alegría que, como cada año, nos invadirá cuando la borriquita inaugure (con esplendido sol, Dios mediante) nuestra semana grande, bien por el paseo de Almería, bien por la Sevillana campana que precede a la calle Sierpes.
Para ilustrar, he encontrado esta maravillosa foto. Eran otros costaleros. Portuarios, gente dura, mal vistos socialmente, que sacaban pasos para comer, que orinaban ocultos tras los faldones... Les debemos mucho a esta gente que, por necesidad, dejaba piel y sangre en la devoción de los caballeros encorbatados y las señoras de mantilla.
Va por ellos.
Posdata. Vuelvo a insistir en la necesidad de modificar la carrera oficial de Almería, que discurre entre rascacielos y sucursales bancarias. Fea, horrible y fria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario