Era época de pantalones cortos y rodillas magulladas. La chavalería quedábamos a las 4 de la tarde (o a las 3 y pico) que para luego ya es tarde, y como no nos dejaban llegar tarde a casa, había que aprovechar.
Román y yo nos colábamos en el colegio y corríamos a las pobres monjitas que aburridas de nosotros hacían que no nos veían y nos dejaban jugar a la pelota en el patio (¡¡que tiempos!!). Cuando nos dábamos por satisfechos con la pelota era ya momento de salir del colegio y comprar petardos, que todo niño que se precie tiene que ser un experto en “carpinteros”, “barrenos”, “batmans”, “borrachos” y otros pequeños explosivos de 100 ptas la caja.
Y siempre estaba el allí. Testigo de mi vida. Miraba desde su soledad, con su trapo viejo cubriéndole el cuerpo. En la rambla, en el paseo, en obispo Orberá. Lo he visto en todas partes. Siempre andando (¿A dónde iría?) y cogiendo colillas del suelo. Yo creo que no era mala gente, nunca lo he visto meterse con nadie, incluso estoy seguro, que es de esas personas, con las que uno mantendría una conversación, cuanto menos, diferente de la vida y del mundo.
Mil y una historias hemos oído sobre el. ¿Quien no lo conoce ya como aquel cirujano de prestigio que no pudo salvar la vida de su hija y se dio a la calle para purgar sus penas?
Ahora desde la lejanía, daría la mitad de mi vida por volver a correr a las monjitas del colegio gritándole a Román “tu por un lado y yo por el otro”, por volver a una tarde despreocupada de mi niñez, con mi pelota y mis petardos, por volver a ver a este hombre andando diligentemente a ninguna parte. Daría la mitad de mi vida por volver a ser feliz como lo era allí.

Amigo Jorge, muy buena entrada. Alguna vez me he preguntado qué habría sido de ese hombre al que, como tú bien dices y a pesar de su aspecto, nunca vi meterse con nadie.
ResponderEliminarTodo un personaje. Muchas gracias Victor!!!
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada.
ResponderEliminarPero ya sabes que yo no soy tan fácil de convencer y siempre que tenga que ver contigo me gusta mantener un mínimo enfrentamiento.
Es verdad que es casi imposible acordarse de un tiempo pasado, sobre todo si es la niñez o la infancia, y no aparecer en nuestra cara la luz de una sonrisa casi con vida propia. Pero no dejes que aparezca esta sonrisa por añoranza o nostalgia de lo que ya no podemos volver a vivir, sino precisamente por haberlo vivido.
Alegrate por esas vivencias pero no cambies las presentes por ninguna otra pasada; quizá no sea tan buen momento como nos gustaría, pero desde luego de éstas saldremos reforzados y habrá un día del mañana en el que también hablaremos de estos días y quizá también se nos pose la luz de la sonrisa en nuestra cara al comprobar que "sobrevivimos" y resurgimos aun con mas fuerza.
Un beso
Y perdon por lo extenso de la respuesta
Está bien que pidas perdón, María la Magdalena pero no por la extensión como crees, ¡¡¡sino por dar consejos cuando nadie te los ha pedido!!!... xD
ResponderEliminarpost Scriptum Cuanto daño ha hecho Paulo Coelho a los blogs.
Hay dos cosas que no comprendo de tu comentario:
ResponderEliminar1. El motivo por el que tengo que pedir perdón por dar un consejo sin que me lo hayan pedido. Eso es como el que opina sin que nadie le haya pedido opinión; y no te he dicho que lo hagas, como tampoco te he dicho que pidas perdón por ello. Ahí esta mi consejo quien quiera que lo tome, el que no que lo deseche; es así de facilísimo.
2. Si alguien tuviera que quejarse de un consejo recibido sin haberlo pedido, quizá fuera la persona a quien va dirigido ¿No?
No sé.
María la Magdalena, no se si te gustara la fiesta de los toros, pero has puesto un par de banderillas que ya lo quisieran poner muchos profesionales.
ResponderEliminarFelicidades y no te dejes ganar nunca la pelea cuando te axiste la razón.
Saludos de Nacho
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Nacho:
ResponderEliminarLa fiesta de los toros no me gusta, me encanta y la disfruto.
En cualquier caso, no tenía intención de poner banderillas ni de entrar a matar.
Un saludo!!! Y gracias!!!
Muy bien María, eso se llama dar en la diana, también se puede comparar con un buen "corte" de helado o de pelo.
ResponderEliminarUn saludo
Manuel Ruano
Pues .. Ahora mismo está en Galicia , pero ahora ya no es así la cosa.. vamos que no se mete con nadie ni nada pero que esta ensuciando las cayes , y anda con cubos .. En fín..
ResponderEliminarSi? Que fuerte! en Almería hace años (muchos) que se le daba oficialmente por muerto!!
ResponderEliminarGracias, un abrazo.
ke crak tio de dnde as sacao esa foto.....yo tngo 26 años supongo k maso menos como y e flipao al ver este hombre..dnde as visto la foto?
ResponderEliminarHola, para encontrar esta foto y otras muchas de Almería, agrega en facebook a "la almeria perdida".
ResponderEliminarUn saludo.