Así, las carretas marcharon con rumbo a la aldea a buscar a la Blanca Paloma.

El grupo joven preparó en la calle real una
señora petalá...

Fue una autentica lluvia de pétalos que inundaron el simpecado, los bueyes, y a todos los que allí estabamos

Y al final, sobre una alfombra de pétalos, siguen su curso al encuentro de su Reina marismeña
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