Lo he dicho una y mil veces. Un momento de inmensa felicidad es la mañana del Domingo de Ramos, cuando los sones de la Agrupación Musical gritan a los cuatro vientos que hemos llegado al día D.
Al contrario de lo que me ocurre todos los años, este año el paso de Cristo no me ha gustado más que el año pasado. No me ha terminado de gustar la túnica que cubría al señor, hasta la cabeza, no me convencen las explicaciones que me dan sobre la ausencia de la hebrea que se arrodillaba el Domingo de Ramos de 2012 a los pies del Señor, y como ya decía antes, sin extenderme más, el procesionar no me ha gustado más que el año anterior. Por su parte el palio si me ha gustado mucho. Me ha encantado como iba vestida la Dolorosa, me han gustado las levantás (min 17´06´´ valga por ejemplo), me ha gustado el discurrir mucho más que otros años... Así viví la procesión de La Borriquita.