Toros en Murcia

Como lo prometido es deuda, aquí está el resumen de la corrida de Murcia. El ganado de Fuenteymbro fue noblote, sin excesivo peligro, el que más, el sexto, y bonitos y comodos por delante. Aprobadilla a secas la presentación.

Habría plaza el Cid. Se llevó un lote sosón, que iba y venia, sin codicia ni transmisión. Hay que decir que existen en España dos "Cids", uno lo descongelan para que haga el paseillo en Sevilla, Madrid y Bilbao, el otro es el que viene a estas plazas. No cortó nada, pero le regalaron una oreja de su primero.


Por detrás de este, Sebastian Castella (el mismo que le pegó un duro corte en antena al mediatico Molés por llamarle francesito). A Castella lo ví con ganas de agradar, en una temporada en la que ha dado un paso atras (ya no es pasito). Sobre todo en su segundo, estuvo mucho rato en la cara del toro tras el pase cambiado por la espalda con que lo recibió de muleta.

Al final cortó una oreja, y le regalarón otra de su primero, a hombros. (no se si se está percibiendo mi total desacuerdo con la manera de regalar orejas del publico murciano, del que ahora hablaré).

El triunfador de la corrida fue sin duda Miguel Angel Perera, que esta cuajando un temporadón. No dió ni una sola veronica con el capote, ni tampoco realizó ningún quite, pero es que con la muleta es un tio poderosisimo.

A su primero, un torito medio bueno, al que no se le picó (pero nada (pero nada de nada de nada)) y que rodó por el suelo hasta en cuatro ocasiones, y que se le pidio... ¡¡¡¡ el indulto !!!!, el extremeño realizó una faena ajustadisima, que la gente valoró con la benevolencia que presidía la tarde. Los mas destacado fue una extraña tanda de derechazos con la parte del cancamo, osea, cogiendo la muleta del reves, una cosa muy rara (como el pase de las flores, pero toreando en redondo).

Con su segundo, nada tenía que demostrar, y se jugó durante un buen rato una voltereta, que afortunadamente no llegó, pero que se rozó en varias ocasiones.

Al final cortó dos orejas, y le regalaron un rabo.

Por último haré mención a dos cosas. La primera es la curiosisima actuación del acomodador de grada, que nada mas llegar nos dijó: "mirad, ahora cuando salga el toro, yo me meto pa´ dentro y vosotros saltais, por aquí no os ve nadie, y os vais abajo". Cosa extraña, menos mal que este tio no es policia.

Por segundo, debo decir, sin que nadie se sienta ofendido, que el ambiente de la plaza de toros de Murcia (preciosa, por cierto) es del todo antitaurino. Toda la corrida la gente gritando, algunos de espalda al ruedo, escuchandose continuas tonterias que intentaban superar en decibelios la tonteria anterior, y con un desmedido afán en regalar orejas, indultos...