José Manuel Mas fue el triunfador numérico de la corrida del 15 de agosto en Cenicientos. Creo que se llevó el mejor lote. El mejor toro seguro, ya que fue su primero, tercero de la tarde. Con transmisión, nobleza, y sobre todo largura en la embestida. El torero lo recibió con un pase cambiado en los medios, pero creo, y esto es opinión mia, que luego no llegó nunca a confiarse, no se rompió nunca con el toro. No es facil confiarse cuando esta, de agosto, es la segunda corrida del año. Cortó una oreja baratita, de poco peso.
Su segundo fue el toro mas serio de la corrida, pero de pronto, sin explicación, se derrumbó y se debió dañar la médula porque ya no fue capaz de levantarse del suelo. Como sobrero saltó al ruedo un castaño de Alcurrucen, muy engatillado, que evidenció lo patético de la cuadrilla de Mas.
De entre ellos una excepción, la de Raul Cervantes, que se desmonteró en su primero y bregó bien se segundo. El otro lidiador era Jesús Montes, con un ridiculo atuendo, propio de bombero-torero, que no fue capaz de banderillear al toro ni a una mano, sin recursos, sin medias vueltas, sin pares al sesgo, nada, incapaz. Incapaz, como digo, pero "hacia como que" lo intentaba. El tercero, cuyo nombre desconozco, simplemente dijo que no iba. Que eso no iba con el y que no pensaba ponerse delante del toro. Juzguen ustedes.
Hay que decir que el toro era un prenda para banderillearlo, pero de ahí a lo otro...
Al final, despues de casi 20 minutos se cambió el tercio, con el consiguiente enfado del público, que se divertia viendo la impotencia de los subalternos y se le hacia la boca agua adivinando la tragedia.
Por fortuna, el toro pasaba en la muleta, y como no estaba banderilleado su embestida era un poco descompuesta, pero de gran transmisión.
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