Uno de los misterios que sobrecogen, que duelen, que secuestran las miradas incluso en la oscuridad de su capilla tabacalera, es el que Buiza tallara para la Hermandad de las Cigarreras. El romano que custodia al Cristo es de Jose Antonio Navarro Arteaga.
Resignación, dolor, compasión, ternura... el rostro del Redentor es todo lo contrario al del romano que maneja el látigo: odio.
La Virgen de la Victoria, anónima del S. XVII, dolorosa que a mi me llena de ternura a paz. Fino y elegante palio por las calles de Sevilla, eclipsada, seguramente, por el imponente misterio. Tiene el honor de dar nombre a una de las bandas mas emblemáticas del mundo cofrade.
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