Don José Tomás Román Martín

Comienzo el resumen del fin de semana taurino por Don José Tomás. El torero de mas valor de cuantos he visto, posiblemente el mas puro en la ejecución de las suertes, y por seguro, un torero al que la historia recordara con las mismas letras de oro que hoy describen a Gallito, Belmonte o Manolete.

Todo el clasicismo y la pureza del toreo al servicio de un capote y una muleta

Comprometido toda la tarde hizo tres quites, a sendos toros de la ganaderia de Nuñez del Cuvillo (por cierto, con respecto a la ganaderia, como dicen en Madrid... ¡¡¡PETARDO!!!)

Esta foto corresponde al primero, al cual quitó por ceñidisimas chicuelinas

Luego, con la muleta, en algunos compases de la faena, vimos al mejor José Tomás. Para muestra, un botón

Pero como, por desgracia, es casi habitual, el torero fue prendido por este primer toro, infiriendole una cornada de dos trayectorias en el gluteo y otra en la axila. Toda la tarde estuvo herido, y no pudimos ver los que allí estabamos un solo gesto, mirada... nada que evidenciara que José Tomás es humano. Debió de perder mucha sangre, y se mantuvo, con inusitada hombría, hasta la muerte del último toro de la tarde - noche. Un hombre de los pies a la cabeza. Nada que ver con la miserable (creo que esa es la mejor palabra) actitud del torero de la Puebla.

¿cogido? da igual. Otra vez a la cara del toro

Toda la tarde, José Tomás de sabor añejo, reencontradose con los dioses del toreo, que mecian su muleta. Valor al limite del desprecio por la vida.

Este es el jabonero sexto

Dejo para el final estas dos fotografias. La superior, justo debajo de estas letras, son del primer toro, justo despues de la cornada del gluteo. La sangre no llega ni a la corva, detras de la rodilla. Yo de echo, pensé que era sangre del toro. En la segunda, dos horas mas tarde, lidiando al sexto, la sangre empapa la pierna, la media, y hasta la zapatilla. Sin mirarse. Me quito el sombrero. Todo hombria.