Esta foto me produce una especial sensación de nostalgia. Me vienen a la cabeza miles de recuerdos de Sevilla, de la maestranza, y de mi baratillo.
Y alomejor me produce tal sensación por que servidor, ha pasado por la misma situación que el zagalillo de la foto. No recuerdo desde cuando soy hermano de esta hermandad, y la primera vez que formé filas en la catedral del toreo, fue hace ya muchos años.
En cualquier caso, es una imagen preciosa, que resume bastante bien (a mi modo de ver) el caracter de la ciudad. Las tradiciones se entrelazan, y se aseguran en la mirada inocente de la juventud.
¿por que me gustará tanto esta ciudad en la que viví tan poco tiempo y a la que sin duda, algún dia volveré?
P.D: Es curioso que en la pared hay apoyados seis capirotes, todos del baratillo (de nazarenos del palio) y ni se parecen entre ellos. Parece el juego ese de buscar diferencias, pero en este caso, buscariamos los dos capirotes que se parecen, jeje!!.
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